Introducción: ¿Qué es la crioterapia de CO₂ en rehabilitación?
En el cambiante panorama de la asistencia sanitaria moderna, las modalidades terapéuticas innovadoras siguen transformando las prácticas de rehabilitación. Entre estos tratamientos de vanguardia, la crioterapia con CO₂ ha surgido como un enfoque revolucionario que combina precisión, seguridad y eficacia en la aplicación de frío terapéutico. Esta técnica avanzada representa un avance significativo con respecto a los métodos tradicionales de enfriamiento, ofreciendo a los profesionales sanitarios y a los pacientes una solución más controlada y específica para el tratamiento del dolor, la reducción de la inflamación y la recuperación acelerada.
Definición de la crioterapia de CO₂ en términos sencillos
La crioterapia con CO₂ utiliza gas de dióxido de carbono a presión para proporcionar un enfriamiento localizado y controlado con precisión a los tejidos lesionados o inflamados. Esta tecnología utiliza dióxido de carbono a presión para proporcionar un enfriamiento controlado y localizado que puede alcanzar temperaturas de -78 °C (-108 °F) durante breves periodos. El proceso consiste en liberar CO₂ comprimido a través de aplicadores especializados, que se expande y enfría rápidamente al entrar en contacto con la superficie de la piel, creando condiciones de hipotermia terapéutica. A diferencia de las bolsas de hielo o los sistemas de refrigeración tradicionales, CO₂ crioterapia proporciona una distribución uniforme de la temperatura, un inicio inmediato y un control preciso de la duración, lo que la convierte en la opción ideal para entornos de rehabilitación.
Por qué la terapia de frío se ha vuelto esencial en la rehabilitación moderna
La integración de la crioterapia en los protocolos de rehabilitación modernos refleja las crecientes pruebas científicas que respaldan sus beneficios terapéuticos. La crioterapia puede aliviar eficazmente el dolor postoperatorio, reducir la pérdida de sangre, mejorar la amplitud de movimiento y promover así la rehabilitación postoperatoria de los pacientes de ATR, lo que demuestra su valor clínico en diversos contextos de rehabilitación. La asistencia sanitaria contemporánea exige intervenciones no farmacológicas basadas en pruebas que minimicen los efectos secundarios y maximicen los resultados terapéuticos. La terapia de frío cumple estos requisitos al ofrecer alivio del dolor sin fármacos, acelerar la cicatrización de los tejidos y mejorar la recuperación funcional. La precisión y consistencia de la crioterapia con CO₂ la hacen especialmente valiosa en los entornos de rehabilitación modernos, donde la estandarización del tratamiento y los resultados reproducibles son primordiales.
Cómo actúa la crioterapia de CO₂ en el organismo
Comprender los mecanismos fisiológicos subyacentes a la crioterapia con CO₂ es esencial para apreciar su potencial terapéutico y sus aplicaciones clínicas. La respuesta del organismo a la exposición controlada al frío implica complejos procesos neurofisiológicos, vasculares y celulares que contribuyen colectivamente al alivio del dolor, la reducción de la inflamación y la mejora de la cicatrización. Estos mecanismos funcionan a través de vías interconectadas que afectan tanto a las respuestas de los tejidos locales como a las adaptaciones fisiológicas sistémicas.
La ciencia del enfriamiento y la respuesta vasomotora
La aplicación de crioterapia con CO₂ desencadena respuestas vasomotoras inmediatas a través de mecanismos termorreguladores. La vasoconstricción inicial reduce el flujo sanguíneo a las zonas tratadas, minimizando la liberación de mediadores inflamatorios y las demandas metabólicas celulares. Cuando se libera gas CO₂ a -78 °C (-108 °F) a alta presión, la temperatura de la superficie cutánea desciende rápidamente a unos 4 °C (39,2 °F) en 30 segundos. Tras el cese del tratamiento, se produce una hiperemia reactiva que mejora el aporte de nutrientes y la eliminación de residuos metabólicos. Esta respuesta vascular bifásica optimiza las condiciones de curación de los tejidos al tiempo que proporciona beneficios terapéuticos sostenidos.
Reducción del dolor y la inflamación
La crioterapia con CO₂ modula eficazmente las vías nociceptivas a través de múltiples mecanismos. La exposición al frío reduce la velocidad de conducción nerviosa, interrumpiendo la transmisión de la señal de dolor al sistema nervioso central. Además, la crioterapia suprime la activación de la cascada inflamatoria al disminuir la actividad enzimática y la liberación de mediadores inflamatorios. A -78 °C, la crioterapia con CO2 ataca la inflamación en su núcleo, reduciendo la hinchazón y aliviando el dolor en tan sólo unos minutos. La teoría de la puerta de control del dolor explica cómo los estímulos fríos compiten con las señales de dolor, proporcionando efectos analgésicos inmediatos que facilitan los ejercicios terapéuticos y las actividades funcionales.
Impacto en la recuperación y curación muscular
La exposición terapéutica al frío de la crioterapia con CO₂ influye significativamente en los procesos de recuperación muscular y regeneración tisular. La hipotermia controlada reduce el daño tisular secundario al limitar las demandas metabólicas durante los periodos de flujo sanguíneo comprometido. Este efecto protector es especialmente beneficioso tras lesiones traumáticas o intervenciones quirúrgicas en las que la viabilidad tisular puede estar comprometida. Este choque de frío ayuda a que los músculos y las articulaciones se recuperen más rápidamente del estrés o las lesiones inducidas por el ejercicio. La rápida acción refrigerante del CO2 ayuda a reducir el dolor muscular, lo que demuestra su eficacia en medicina deportiva y rehabilitación.
Mecanismos de seguridad: Por qué se controla y se dirige el CO₂
El uso de CO₂ como medio refrigerante ofrece ventajas de seguridad inherentes en comparación con otros agentes criogénicos. El dióxido de carbono está presente de forma natural en el cuerpo humano, lo que elimina las preocupaciones sobre la toxicidad tisular o las reacciones sistémicas. El sistema de administración a presión controlada garantiza una aplicación uniforme de la temperatura con tiempos de exposición predeterminados, que suelen oscilar entre 10 y 15 segundos por zona de tratamiento. Esta precisión evita el enfriamiento excesivo de los tejidos y minimiza el riesgo de lesiones relacionadas con el frío, como la congelación o las lesiones nerviosas. Además, el rápido calentamiento del CO₂ a temperatura ambiente tras la aplicación reduce el riesgo de exposición prolongada al frío.
Beneficios clave de la crioterapia de CO₂ en la rehabilitación
Las ventajas terapéuticas de la crioterapia con CO₂ van más allá de los métodos tradicionales de enfriamiento, ya que ofrecen beneficios integrales que abordan múltiples aspectos del proceso de rehabilitación. Estos beneficios abarcan el alivio inmediato de los síntomas, la mejora de la curación fisiológica, la mejora del cumplimiento del paciente y unos resultados superiores del tratamiento. La naturaleza polifacética de estas ventajas hace de la crioterapia con CO₂ una herramienta inestimable en los programas de rehabilitación integral.
Alivio más rápido del dolor
La crioterapia de CO₂ proporciona una analgesia de inicio rápido mediante la modulación inmediata de las vías neurales. El control preciso de la temperatura y la distribución uniforme del enfriamiento garantizan un alivio constante del dolor en todas las zonas tratadas. Los pacientes suelen experimentar una reducción significativa del dolor a los pocos minutos de la aplicación del tratamiento, lo que permite una movilización más temprana y la participación en ejercicios terapéuticos. Este alivio inmediato del dolor es especialmente beneficioso en el tratamiento de lesiones agudas y en los cuidados postoperatorios, donde el control rápido de los síntomas facilita trayectorias de recuperación óptimas y previene el desarrollo de patrones de dolor crónico.
Reducción de la hinchazón y la inflamación
Los efectos antiinflamatorios de la crioterapia con CO₂ se deben a la reducción de la permeabilidad vascular y la acumulación de mediadores inflamatorios inducida por vasoconstricción. La crioterapia cíclica post-TKA tuvo ventajas a corto plazo en términos de AKSS, VAS, hinchazón del muslo, ROM, PLOS y rehabilitación acelerada, demostrando mejoras mensurables en la reducción de la hinchazón. La exposición controlada al frío limita la formación de edema al tiempo que favorece el drenaje linfático, lo que se traduce en una reducción visible de la hinchazón a las pocas horas del tratamiento. Esta acción antiinflamatoria se mantiene a través de aplicaciones repetidas, proporcionando beneficios acumulativos que apoyan la curación de los tejidos y la restauración funcional.
Curación y recuperación aceleradas
La crioterapia de CO₂ favorece la cicatrización de los tejidos mediante la optimización del metabolismo celular y la mejora de los patrones circulatorios. La exposición terapéutica al frío estimula la liberación de factores de crecimiento y la síntesis de colágeno, componentes esenciales de los procesos de reparación tisular. Además, la reducción de las respuestas inflamatorias previene el daño tisular secundario, preservando la integridad del tejido sano. El nuevo dispositivo de terapia de enfriamiento controlado por ordenador proporciona beneficios en términos de removilización postoperatoria temprana con respecto a la amplitud de movimiento y el dolor, que podrían atribuirse a una respuesta inflamatoria reducida, lo que confirma su papel en la aceleración de los plazos de recuperación.
Movilidad y funcionalidad mejoradas
La combinación de alivio del dolor, reducción de la inflamación y mejora de la cicatrización de los tejidos se traduce directamente en mejores resultados funcionales. Los pacientes tratados con crioterapia de CO₂ demuestran una mayor amplitud de movimiento, un aumento de la fuerza y una mejor calidad del movimiento en comparación con los métodos de enfriamiento tradicionales. Los efectos analgésicos inmediatos permiten iniciar antes los ejercicios terapéuticos, evitando la atrofia muscular y la rigidez articular. Esta mejora de la movilidad facilita los patrones de movimiento normales y reduce el riesgo de mecanismos compensatorios que podrían provocar lesiones secundarias o disfunciones crónicas.
Mayor comodidad y conformidad
El control preciso y el breve tiempo de aplicación de la crioterapia con CO₂ mejoran significativamente la comodidad del paciente durante el tratamiento. A diferencia de las aplicaciones prolongadas de hielo que pueden causar molestias e irritación cutánea, los tratamientos con CO₂ son breves, bien tolerados y no dejan humedad residual. La aparición inmediata del alivio del dolor proporciona un refuerzo positivo, fomentando la adherencia del paciente a los protocolos de tratamiento. Esta mejora del cumplimiento es crucial para lograr resultados terapéuticos óptimos, ya que la aplicación constante del tratamiento es esencial para maximizar los beneficios acumulativos de las intervenciones de crioterapia.
Opción de recuperación no invasiva y sin fármacos
La crioterapia de CO₂ ofrece una alternativa completamente no invasiva y sin fármacos para el tratamiento del dolor y la rehabilitación. Este enfoque elimina la preocupación por los efectos secundarios de la medicación, las interacciones farmacológicas y los problemas de dependencia, al tiempo que proporciona resultados terapéuticos eficaces. La ausencia de intervenciones farmacéuticas hace que la crioterapia de CO₂ sea adecuada para pacientes con contraindicaciones a los analgésicos o para quienes buscan enfoques curativos naturales. Esta naturaleza no invasiva también reduce la complejidad del tratamiento y permite la integración con otras modalidades terapéuticas sin interferencias ni complicaciones.
Aplicaciones de la crioterapia de CO₂ en la rehabilitación
La versatilidad de la crioterapia con CO₂ permite su aplicación en diversos contextos de rehabilitación, desde lesiones deportivas agudas hasta dolencias crónicas y recuperación posquirúrgica. Cada contexto de aplicación presenta retos y objetivos terapéuticos únicos que la crioterapia con CO₂ aborda mediante la administración precisa y controlada de frío. La comprensión de estas aplicaciones específicas ayuda a los profesionales sanitarios a optimizar los protocolos de tratamiento y a lograr resultados superiores en los pacientes en diversos escenarios clínicos.
Lesiones deportivas (esguinces, distensiones, desgarros musculares)
En medicina deportiva, la crioterapia con CO₂ es la piedra angular del tratamiento de las lesiones musculoesqueléticas agudas. La aplicación inmediata tras esguinces, distensiones y desgarros musculares ayuda a limitar el daño tisular secundario y acelera el proceso de curación. La recuperación de lesiones (por ejemplo, traumatismos, uso excesivo) y la recuperación después de la temporada son los principales objetivos de la aplicación en contextos de medicina deportiva. El control preciso de la temperatura evita el enfriamiento excesivo al tiempo que garantiza una hipotermia terapéutica adecuada. Los atletas se benefician de una reducción del tiempo de recuperación, lo que permite un retorno más rápido a las actividades deportivas. La portabilidad y la rápida aplicación de los sistemas de CO₂ los hacen ideales para la gestión de lesiones en la banda y la integración en instalaciones de entrenamiento.
Recuperación posquirúrgica (ortopedia, prótesis articulares, cirugía de tejidos blandos)
Las aplicaciones posquirúrgicas de crioterapia con CO₂ demuestran una eficacia excepcional en el tratamiento del dolor postoperatorio, la inflamación y la cicatrización tisular. La crioterapia cíclica combinada con vitamina D mejoró la AKSS y la ROM en el postoperatorio de 1 y 3 meses, mostrando beneficios sostenidos en la recuperación del reemplazo articular. El enfriamiento controlado ayuda a minimizar la inflamación de la zona quirúrgica al tiempo que favorece unas condiciones óptimas de cicatrización. Los pacientes que se someten a procedimientos ortopédicos, en particular prótesis articulares y cirugías artroscópicas, experimentan una reducción de las necesidades de analgésicos y una movilización más temprana. La aplicación precisa evita dañar los tejidos en cicatrización al tiempo que proporciona beneficios terapéuticos que favorecen el éxito de los resultados quirúrgicos.
Afecciones crónicas (artritis, tendinitis, dolor neuropático)
Las dolencias crónicas responden favorablemente a los tratamientos regulares de crioterapia con CO₂ debido a sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas. El grupo de estudio estaba formado por 25 pacientes sometidos a CMB (-110 °C) y 19 pacientes sometidos a un enfoque de rehabilitación tradicional, lo que demuestra su eficacia en el tratamiento de la artritis reumatoide. Los pacientes con artritis experimentan una reducción de la rigidez articular y una mejora de la movilidad tras las sesiones de tratamiento. La tendinitis responde especialmente bien al enfriamiento selectivo, que reduce los procesos inflamatorios y favorece la cicatrización. Los efectos acumulativos de los tratamientos regulares proporcionan un alivio sostenido de los síntomas y una mejora funcional en poblaciones con dolor crónico.
Rehabilitación neuromuscular (espasticidad, trastornos neurológicos)
La crioterapia con CO₂ ofrece ventajas únicas en la rehabilitación neuromuscular al modular la excitabilidad neuronal y reducir la espasticidad muscular. La exposición controlada al frío reduce temporalmente el tono muscular, facilitando los ejercicios terapéuticos y el entrenamiento funcional. Los pacientes con trastornos neurológicos se benefician de la mejora del control motor y la reducción de las contracciones musculares involuntarias. La aplicación precisa permite centrarse en grupos musculares específicos preservando al mismo tiempo la función neural normal. Este enfoque de enfriamiento selectivo es especialmente valioso en la rehabilitación de ictus y el tratamiento de lesiones medulares, donde el control de la espasticidad es crucial para la recuperación funcional.
Cuidados preventivos para deportistas y personas activas
La aplicación proactiva de la crioterapia de CO₂ en personas sanas y activas ayuda a prevenir la aparición de lesiones y a optimizar el rendimiento. Los tratamientos regulares tras sesiones de entrenamiento intensas reducen la fatiga muscular y aceleran la recuperación entre sesiones de ejercicio. Sus supuestos efectos incluyen la disminución de la temperatura tisular, la reducción de la inflamación, la analgesia y la mejora de la recuperación tras el ejercicio, lo que respalda su uso en protocolos de cuidados preventivos. Los atletas que incorporan la crioterapia con CO₂ a sus regímenes de entrenamiento informan de una reducción de las agujetas de aparición tardía y de una mayor tolerancia al ejercicio. Este enfoque preventivo ayuda a mantener la constancia del entrenamiento y reduce el riesgo de lesiones gracias a la optimización de la salud de los tejidos.

Experiencia de los pacientes e ideas prácticas
Comprender la experiencia del paciente con la crioterapia de CO₂ es esencial para que los profesionales sanitarios puedan establecer expectativas adecuadas y optimizar los resultados del tratamiento. Los aspectos prácticos de la administración del tratamiento, incluidas las características de las sesiones, las recomendaciones de frecuencia y las opiniones de los pacientes, proporcionan información valiosa sobre la aplicación de esta tecnología en el mundo real. Estos conocimientos ayudan a garantizar el éxito de la aplicación del tratamiento y la satisfacción del paciente en diversos entornos clínicos.
Qué esperar durante una sesión de CO₂ crioterapia
Una sesión típica de crioterapia de CO₂ comienza con la colocación del paciente y la identificación de la zona objetivo por parte del profesional sanitario. Se limpia y prepara la zona de tratamiento y se aplican medidas de protección a los tejidos circundantes según sea necesario. El aplicador de CO₂ se coloca a la distancia adecuada de la superficie de la piel, normalmente entre 1 y 2 centímetros, para garantizar un enfriamiento óptimo sin contacto directo. Los pacientes experimentan inmediatamente una intensa sensación de frío seguida de entumecimiento a medida que la zona alcanza temperaturas terapéuticas. La aplicación completa del tratamiento dura entre 10 y 15 segundos por zona, y los pacientes refieren molestias tolerables que desaparecen rápidamente tras la finalización del tratamiento.
Duración y frecuencia de los tratamientos
Los protocolos de tratamiento varían en función de la afección específica que se esté tratando y de la respuesta individual del paciente. Las lesiones agudas suelen requerir tratamientos diarios durante los primeros 3-5 días, seguidos de sesiones en días alternos a medida que mejoran los síntomas. Las afecciones crónicas se benefician de 2-3 tratamientos semanales durante varias semanas para lograr beneficios terapéuticos acumulativos. Cada zona de tratamiento recibe entre 10 y 15 segundos de aplicación de CO₂, y se pueden tratar varias zonas en una sola sesión si está clínicamente indicado. La precisión y la intensidad de la crioterapia con CO₂ permiten obtener efectos terapéuticos más específicos, lo que puede reducir la duración total del tratamiento en comparación con los métodos tradicionales.
Testimonios de pacientes e historias de éxito
Los comentarios de los pacientes destacan sistemáticamente el alivio inmediato del dolor y la mejora de las funciones tras los tratamientos de crioterapia con CO₂. Muchos pacientes informan de una mejora significativa de los síntomas en la primera sesión de tratamiento, con beneficios sostenidos a lo largo de varios tratamientos. Los atletas aprecian especialmente los beneficios de la recuperación rápida que les permite seguir entrenando. Los pacientes posquirúrgicos comentan con frecuencia que necesitan menos analgésicos y que se reincorporan antes a sus actividades normales. Los pacientes con dolor crónico afirman haber mejorado su calidad de vida y su capacidad para realizar actividades cotidianas. Estos resultados positivos contribuyen a elevados índices de satisfacción de los pacientes y a un excelente cumplimiento del tratamiento.
Seguridad y contraindicaciones
Aunque la crioterapia con CO₂ presenta un excelente perfil de seguridad, es esencial conocer las posibles contraindicaciones y efectos secundarios para una práctica clínica segura. Los profesionales sanitarios deben realizar evaluaciones exhaustivas de los pacientes para identificar a las personas que pueden no ser candidatas adecuadas para el tratamiento. La selección adecuada de los pacientes, el cumplimiento del protocolo de tratamiento y el reconocimiento de los acontecimientos adversos garantizan unos resultados de seguridad óptimos en todas las poblaciones de pacientes.
¿Quién debe evitar la crioterapia de CO₂?
Ciertas afecciones médicas y características de los pacientes pueden contraindicar el tratamiento con crioterapia de CO₂. Los pacientes con enfermedad vascular periférica grave deben evitar la crioterapia debido al deterioro de la circulación y al mayor riesgo de daño tisular. Los individuos con urticaria inducida por el frío o crioglobulinemia pueden experimentar reacciones alérgicas graves a la exposición al frío. Las mujeres embarazadas, especialmente durante el primer trimestre, deben evitar los tratamientos de crioterapia debido a los efectos desconocidos sobre el desarrollo fetal. Los pacientes con integridad cutánea comprometida, infecciones activas o neoplasias malignas en la zona de tratamiento requieren una evaluación cuidadosa antes de iniciar el tratamiento. Además, las personas con afecciones cardíacas graves pueden necesitar autorización antes de iniciar los protocolos de crioterapia.
Posibles efectos secundarios y cómo controlarlos
Los efectos secundarios habituales de la crioterapia con CO₂ suelen ser leves y transitorios. En total, hubo 3 casos de cefalea inducida por frío, 4 casos de malestar/mareo, 1 caso de hipertensión reactiva y 2 casos de escalofríos de larga duración. Ninguno de estos acontecimientos dio lugar a la interrupción del protocolo del estudio, lo que demuestra el perfil de seguridad general. El enrojecimiento y el entumecimiento transitorios de la piel son reacciones esperables que suelen desaparecer en los 15-30 minutos posteriores al tratamiento. En raras ocasiones puede producirse irritación cutánea o entumecimiento prolongado, sobre todo en personas sensibles. El tratamiento consiste en interrumpir el tratamiento, aplicar calor suave en la zona afectada y vigilar su resolución. Los profesionales sanitarios deben disponer de protocolos de emergencia para tratar las reacciones adversas graves, aunque estos casos son extremadamente infrecuentes con una técnica adecuada y la selección del paciente.
Perspectivas profesionales
Las opiniones de los profesionales sanitarios y los resultados de la investigación clínica ofrecen valiosas perspectivas sobre el papel de la crioterapia de CO₂ en la práctica moderna de la rehabilitación. Estos puntos de vista profesionales, combinados con las pruebas de investigación emergentes, ayudan a establecer las mejores prácticas y a orientar la toma de decisiones clínicas. La comprensión tanto de las experiencias de los profesionales como de las pruebas científicas garantiza la aplicación basada en pruebas de la crioterapia con CO₂ en diversos entornos sanitarios.
La opinión de los fisioterapeutas sobre la crioterapia de CO₂
Los fisioterapeutas informan sistemáticamente de experiencias positivas con la integración de la crioterapia con CO₂ en sus protocolos de práctica. La precisión y la coherencia de la administración del tratamiento permiten protocolos estandarizados que producen resultados reproducibles en todos los pacientes. Los profesionales aprecian los efectos terapéuticos inmediatos que facilitan una movilización más temprana y la progresión del ejercicio. La breve duración del tratamiento se adapta bien a las apretadas agendas clínicas, al tiempo que proporciona resultados superiores en comparación con los métodos de enfriamiento tradicionales. Muchos fisioterapeutas informan de un mayor cumplimiento por parte del paciente gracias a la comodidad del tratamiento y al alivio inmediato de los síntomas. La capacidad de tratar zonas anatómicas específicas preservando al mismo tiempo la función del tejido circundante se valora especialmente en casos de rehabilitación complejos.
Datos procedentes de estudios clínicos e investigaciones
Investigaciones clínicas recientes respaldan firmemente la eficacia de la crioterapia con CO₂ en diversas aplicaciones de rehabilitación. Conclusiones: La crioterapia cíclica post-TKA tuvo ventajas a corto plazo en términos de AKSS, VAS, hinchazón del muslo, ROM, PLOS y rehabilitación acelerada, pero no mejoró la satisfacción del paciente, mostrando mejoras objetivas en múltiples medidas de resultado. Los estudios demuestran sistemáticamente un alivio superior del dolor, una reducción de la inflamación y una mayor recuperación funcional en comparación con los métodos de enfriamiento tradicionales. Las investigaciones indican que los parámetros óptimos de tratamiento incluyen aplicaciones de 10-15 segundos a -78 °C con intervalos de descanso adecuados entre tratamientos. Los estudios de seguimiento a largo plazo muestran beneficios sostenidos con efectos adversos mínimos, lo que respalda la crioterapia con CO₂ como una modalidad de rehabilitación segura y eficaz.
Conclusión: Una herramienta moderna para una recuperación más rápida, segura y eficaz
La crioterapia de CO₂ es un avance moderno en rehabilitaciónque ofrece un control preciso de la temperatura, una aplicación específica y beneficios terapéuticos demostrados. Su versatilidad abarca lesiones deportivas agudas, dolor crónico y recuperación posquirúrgica, reduciendo sistemáticamente el dolor y la inflamación y mejorando los resultados funcionales. Los pacientes valoran la comodidad, la brevedad del tratamiento y el rápido alivio de los síntomas, que fomentan el cumplimiento y aumentan la satisfacción. Los médicos se benefician de la administración estandarizada, los resultados reproducibles y la integración en la práctica basada en la evidencia. Con efectos inmediatos y mejoras sostenidas mediante el uso repetido, la crioterapia con CO₂ proporciona una opción de tratamiento eficaz, rentable y no invasiva. La investigación en curso sigue ampliando sus aplicaciones, situándola como un componente clave de la rehabilitación moderna. Su adopción refleja el compromiso de la atención sanitaria con soluciones más seguras, eficaces y centradas en el paciente que optimicen la recuperación y restablezcan la función.