Recargando la cuartilla: Cómo la crioterapia con CO₂ mejora el rendimiento y la recuperación de los equinos

La crioterapia CO₂ está redefiniendo el cuidado de la cuartilla equina al centrarse en la inflamación, la coordinación neuromuscular y la recuperación del colágeno en una de las articulaciones más olvidadas pero cruciales del caballo. Con temperaturas de precisión de -78°C y tiempos de aplicación de 10-15 segundos, este método no invasivo se integra perfectamente en la preparación del rendimiento, la recuperación tras la monta y los planes de rehabilitación complejos. Desde la mejora de la marcha hasta el soporte tendinoso, descubra por qué la crioterapia de CO₂ se está convirtiendo en la solución de referencia para la salud de las extremidades inferiores equinas.

Índice

A menudo se subestima la cuartilla a pesar de su función crítica en la biomecánica general del caballo. Situada entre el menudillo y el casco, la cuartilla comprende las falanges proximal y media, junto con los ligamentos y tejidos conjuntivos asociados. Desempeña un papel vital como amortiguador, permitiendo transiciones suaves durante el movimiento y manteniendo la eficacia de la zancada del caballo. El estrés mecánico constante de actividades como el salto, el galope o los giros exige mucho de esta zona. Aunque el menudillo y el casco suelen recibir la mayor parte de la atención veterinaria, la tensión crónica y los microtraumatismos de la cuartilla pueden pasar desapercibidos hasta que surgen afecciones más graves, como lesiones de ligamentos, inflamación de tendones o incluso osteoartritis incipiente. A medida que los atletas equinos se especializan, la necesidad de centrarse en la cuartilla tanto para el rendimiento como para la prevención de lesiones se hace cada vez más importante. El mantenimiento proactivo y las terapias específicas son esenciales para mantener esta estructura resistente y funcional.

Cómo la crioterapia de CO₂ recarga la salud y el rendimiento de las cuartillas

Reflejo vasomotor crioinducido: refuerzo de la microcirculación

La crioterapia de CO₂ utiliza dióxido de carbono de calidad médica liberado a -78 °C y 50 bares de presión, aplicado durante 10-15 segundos con una pistola criogénica. Esta rápida exposición al frío extremo provoca una vasoconstricción inmediata, a la que sigue rápidamente una vasodilatación reactiva a medida que los tejidos se calientan. Este fenómeno, conocido como reflejo vasomotor, mejora significativamente el flujo sanguíneo local y la oxigenación. La mejora de la microcirculación favorece el aporte de nutrientes y acelera la eliminación de los productos de desecho metabólicos y los mediadores inflamatorios. Para los caballos con inflamación relacionada con la cuartilla o cambios degenerativos tempranos, este efecto puede acelerar la recuperación y mejorar la salud de los tejidos. El aumento de la actividad vascular también ayuda a preparar los tejidos para la actividad física, lo que convierte a la crioterapia en una valiosa herramienta previa al ejercicio. Al revitalizar las redes microvasculares de la cuartilla, la crioterapia con CO₂ no sólo favorece la curación, sino que mejora la resistencia del tejido conjuntivo frente a futuras tensiones.

Neuromodulación mediante choque térmico: silenciamiento de las señales de dolor

La neuromodulación es una de las principales respuestas fisiológicas a la crioterapia con CO₂, y resulta especialmente útil para tratar el dolor crónico o agudo de las cuartillas. El descenso brusco de la temperatura superficial altera la función de los nociceptores, las neuronas sensoriales encargadas de detectar los estímulos dolorosos. El resultado es una inhibición temporal de la transmisión de señales nerviosas, lo que "adormece" eficazmente la zona sin necesidad de medicación. El chorro de gas frío a -78 °C crea un gradiente térmico que disminuye la velocidad de conducción nerviosa y reduce la sensibilidad en la zona durante varias horas después del tratamiento. Este efecto analgésico no sólo es beneficioso para la comodidad, sino que también permite al caballo moverse más libremente durante la rehabilitación o el ejercicio ligero, favoreciendo la recuperación funcional. Además, el alivio del dolor conseguido mediante la crioterapia reduce los movimientos compensatorios que, de otro modo, podrían forzar otras articulaciones o tendones. De este modo, la crioterapia con CO₂ sirve como un método potente y sin fármacos para el tratamiento del dolor en los atletas equinos.

Reinicio celular: Reprogramación inducida por el frío

La exposición al frío extremo, como la que se aplica durante la crioterapia con CO₂, inicia un fenómeno biológico que a veces se denomina reinicio celular. A nivel molecular, el estrés por frío activa la expresión de proteínas de choque por frío como CIRP (Cold-Inducible RNA-Binding Protein) y RBM3. Estas proteínas ayudan a mantener la estabilidad del ARN y a proteger la integridad celular durante el estrés térmico. También facilitan la supervivencia celular modulando la expresión génica para favorecer las vías antiinflamatorias y de reparación. En los tendones y ligamentos de los équidos, estas proteínas pueden estimular la actividad de los fibroblastos y la producción de colágeno, contribuyendo al restablecimiento de la resistencia a la tracción. Además, la exposición al frío puede reducir la liberación de metaloproteinasas de matriz (MMP), enzimas responsables de degradar los componentes de la matriz extracelular durante las lesiones. Esta reprogramación celular ayuda a crear un entorno regenerativo propicio para la curación. Así pues, con un tratamiento regular, la crioterapia de CO₂ puede modular el comportamiento del tejido local a nivel celular, ayudando a que la cuartilla se recupere más rápidamente y se adapte a futuras exigencias biomecánicas con mayor eficacia.

Control de la inflamación y activación linfática

La inflamación, aunque es una respuesta natural a las lesiones, puede volverse problemática si es excesiva o prolongada. La crioterapia con CO₂ influye directamente en este proceso al suprimir la liberación de citoquinas proinflamatorias, como IL-6, IL-1β y TNF-α. El chorro frío también reduce la actividad de las enzimas ciclooxigenasas, disminuyendo así la producción de prostaglandinas. Junto con la reducción de los mediadores inflamatorios, la terapia estimula la contracción del músculo liso de los vasos linfáticos, lo que mejora el drenaje del líquido intersticial y los restos celulares. La mejora del flujo linfático reduce el edema y evita la acumulación de presión en los tejidos inflamados. Esto es especialmente útil en la cuartilla, donde la inflamación puede interferir con la mecánica articular y provocar problemas compensatorios en otras partes. El doble efecto de modulación de la inflamación y activación linfática de la crioterapia de CO₂ la convierte en una intervención excelente no sólo para lesiones agudas, sino también para tratar cambios degenerativos crónicos. También sirve como complemento de los medicamentos antiinflamatorios, reduciendo potencialmente la necesidad de intervención farmacéutica.

Realineación de las fibras de colágeno para tolerar cargas

La correcta alineación de las fibras de colágeno es crucial para restaurar la integridad biomecánica de los tendones y ligamentos lesionados. Cuando se daña el tejido, el colágeno recién formado suele carecer de organización, lo que reduce la resistencia a la tracción y aumenta el riesgo de volver a lesionarse. La crioterapia de CO₂ ayuda a la reorganización de estas fibras al influir en el comportamiento de los fibroblastos y en la composición de la matriz extracelular. El estrés cíclico por frío ayuda a estimular la síntesis de colágeno a la vez que promueve una orientación más lineal y paralela de las fibras, características clave del tejido conectivo de carga. Esta realineación mejora la resistencia del tejido a la tensión mecánica, en particular en la región de la cuartilla sometida a grandes cargas. También aumenta la elasticidad del tejido y reduce la rigidez, lo que es crucial para los caballos en entrenamiento activo o competición. La terapia complementa los regímenes de ejercicio controlados, ya que los cambios estructurales inducidos por el frío refuerzan los efectos de la carga mecánica. Al mejorar la integridad estructural y funcional, la crioterapia con CO₂ acelera el retorno a la actividad plena y reduce la probabilidad de inestabilidad crónica.

Perfeccionamiento de la marcha y eficacia de la zancada

El dolor, la inflamación o los desequilibrios estructurales en la cuartilla pueden afectar significativamente a la marcha de un caballo, provocando un paso más corto, una distribución desigual del peso o movimientos compensatorios de las extremidades. La crioterapia de CO₂ puede ayudar a restaurar los patrones de movimiento naturales reduciendo el dolor y mejorando la amplitud de movimiento de las articulaciones. A medida que disminuye la inflamación y mejora la flexibilidad de los tejidos, los caballos son más capaces de alcanzar la extensión y flexión completas de la cuartilla durante cada zancada. El resultado es una marcha más suave y simétrica y una mayor eficacia de la zancada. Además, la crioterapia favorece la relajación muscular en los grupos flexores y extensores adyacentes, minimizando la rigidez y aumentando la fluidez. Estos cambios no sólo mejoran el rendimiento, sino que también reducen el riesgo de lesiones secundarias derivadas de una biomecánica alterada. Con el tiempo, la aplicación constante de crioterapia como parte de una rutina de entrenamiento o recuperación puede contribuir a mejoras duraderas en los patrones locomotores. El perfeccionamiento de la marcha es especialmente crítico en disciplinas como la doma, el salto o las carreras, en las que la precisión de la zancada repercute directamente en el rendimiento.

Restablecimiento sensorial y respuesta neuromuscular

La crioterapia no sólo reduce el dolor, sino que también restablece los mecanismos de retroalimentación sensorial y propioceptiva que a menudo se ven alterados por lesiones o inflamaciones. El repentino estímulo térmico del CO₂ desencadena una cascada de respuestas neuronales, incluida la estimulación de los mecanorreceptores y propioceptores de la piel y la fascia subyacente. Este restablecimiento mejora la conciencia del sistema nervioso central de la posición y el movimiento de las extremidades, una ventaja especialmente valiosa para los caballos que practican disciplinas atléticas complejas. La mejora de la coordinación neuromuscular conduce a una mejor colocación de los cascos, estabilidad de las extremidades y equilibrio general. El aporte térmico también activa las vías reflejas espinales que pueden mejorar el tono muscular y la capacidad de respuesta. Juntos, estos cambios favorecen un movimiento más preciso y seguro. En los caballos que se recuperan de una lesión en la cuartilla, esta mejora sensorial acelera la reintegración funcional en el entrenamiento y reduce el riesgo de patrones compensatorios inadaptados. El efecto neto es un sistema neuromuscular más sincronizado, una mejor postura y una menor tensión en las estructuras vulnerables.

CO₂ Crioterapia sobre el terreno: Uso en el mundo real y mejores prácticas

Momento ideal: ¿Antes, después o en la fase de recuperación?

El momento oportuno es una variable clave para optimizar los beneficios de la crioterapia con CO₂. Cuando se utiliza antes de montar, ayuda a estimular el flujo sanguíneo y a preparar los tejidos de la cuartilla para el esfuerzo físico reduciendo la rigidez residual y preparando las vías propioceptivas. Esto resulta especialmente útil cuando hace frío o antes de una actividad de alta intensidad. La aplicación posterior a la carrera se centra en reducir la inflamación, prevenir las agujetas de aparición tardía y acelerar la recuperación. En la fase de rehabilitación, el uso constante ayuda a reparar los tejidos y a controlar la inflamación crónica. Cada fase tiene objetivos fisiológicos únicos, y la crioterapia de CO₂ puede adaptarse en consecuencia. Por ejemplo, un caballo de alto rendimiento con un historial de dolor en la cuartilla puede beneficiarse de estimulaciones cortas antes de la monta seguidas de enfriamientos más largos después de la monta. En casos crónicos, el uso regular durante los días de descanso ayuda a mantener la circulación local y la elasticidad de los tejidos. La colaboración con veterinarios y entrenadores garantiza que la terapia se programe en armonía con los ciclos de entrenamiento, maximizando la eficacia al tiempo que se evita el uso excesivo o la interferencia con la adaptación natural de los tejidos.

Protocolos de uso seguro para la aplicación en miembros inferiores

La seguridad es primordial cuando se utiliza la crioterapia con CO₂, sobre todo en zonas sensibles como la cuartilla. La criopistola debe mantenerse a unos 10-15 cm de la superficie de la piel y moverse continuamente para evitar el sobreenfriamiento localizado. La duración del tratamiento suele oscilar entre 10 y 15 segundos por zona, dependiendo del grosor del tejido y de la profundidad de penetración deseada. Es crucial evitar una exposición prolongada que pueda causar congelación, especialmente en caballos de piel fina o con pigmentación más clara. Las contraindicaciones incluyen heridas abiertas, infecciones cutáneas, suministro vascular comprometido o hipersensibilidad conocida al frío. Antes de iniciar el tratamiento, la cuartilla debe estar limpia y seca para garantizar una transferencia uniforme del frío y reducir el riesgo de lesiones térmicas. Observar el comportamiento del caballo durante la aplicación proporciona información inmediata: los signos de angustia o irritación indican la necesidad de parar. Es esencial que los cuidadores reciban una formación adecuada, y deben elaborarse protocolos en consulta con un veterinario para personalizar el tratamiento en función de las necesidades individuales y el historial médico.

Adaptación a la disciplina: Barrel Racers vs Dressage vs Jumpers

Las distintas disciplinas ecuestres imponen exigencias únicas a la cuartilla, lo que requiere protocolos de crioterapia a medida. Los jinetes de carreras de barriles, que requieren aceleraciones rápidas y giros cerrados, someten a la cuartilla a un gran esfuerzo de torsión. La crioterapia de CO₂ para estos atletas se centra en la flexibilidad articular y el control de la inflamación. Los caballos de doma exigen movimientos precisos y recogidos que sobrecargan los tendones flexores y los ligamentos. Para ellos, la terapia hace hincapié en la mejora propioceptiva y la relajación muscular para favorecer el equilibrio y la postura. Los caballos de salto necesitan cuartillas capaces de absorber el impacto repetitivo del aterrizaje, por lo que el refuerzo del colágeno y el control del edema son objetivos clave del tratamiento. Incluso entre caballos de la misma disciplina, las diferencias de conformación, herraje y carga de trabajo pueden requerir planes personalizados. Por ejemplo, un caballo con una cuartilla más larga puede beneficiarse de una crioterapia de apoyo del colágeno más frecuente. Al comprender las exigencias biomecánicas de cada deporte, los veterinarios y entrenadores pueden aplicar la crioterapia de CO₂ de forma más estratégica. Este enfoque individualizado garantiza que la terapia aborde las necesidades específicas de rendimiento y recuperación de cada atleta equino.

CO₂ Crioterapia en planes de recuperación complejos

Acompañante de los programas de reacondicionamiento de tendones

La rehabilitación de las lesiones tendinosas en la cuartilla requiere un enfoque polifacético. La crioterapia con CO₂ es un complemento eficaz del ejercicio controlado y las terapias regenerativas, como el PRP o las inyecciones de células madre. Al reducir la inflamación y potenciar la síntesis de colágeno, favorece la formación de un tejido cicatricial fuerte y organizado. La crioterapia también mejora la comodidad, permitiendo un movimiento más temprano y eficaz durante el proceso de rehabilitación. Su efecto neuromodulador reduce la tensión compensatoria en las estructuras adyacentes. Cuando se combina con la monitorización ecográfica, la crioterapia puede aplicarse estratégicamente durante fases específicas de la remodelación del tendón para maximizar los resultados. Con el tiempo, esto se traduce en una mejora de la resistencia a la tracción y la recuperación funcional, lo que permite a los caballos volver con seguridad a la competición o al trabajo. En la actualidad, las estrategias de tratamiento de tendones a largo plazo suelen incluir la crioterapia de CO₂ como elemento fundamental.

Colmar las lagunas en las transiciones del herraje y el calzado

Los cambios en el herraje o en el recorte de los cascos pueden alterar la distribución del peso y la alineación de las cuartillas, provocando ocasionalmente molestias transitorias o estrés biomecánico. La crioterapia de CO₂ puede mitigar estos efectos controlando la inflamación y favoreciendo la adaptación de los tejidos. La aplicación de crioterapia después del herrado ayuda a calmar los tendones o ligamentos irritados y acelera la adaptación a los nuevos ángulos o materiales del casco. Esto es especialmente beneficioso en la transición a herraduras terapéuticas o cuando se realizan correcciones importantes. El uso regular también puede ayudar a identificar la respuesta asimétrica de los tejidos, lo que permite tomar decisiones más informadas sobre el herraje. Los herradores y los veterinarios colaboran cada vez más para integrar la crioterapia en los protocolos de herraje, reduciendo el tiempo de inactividad tras el herraje y optimizando la armonía casco-pezuña a largo plazo.

Desintoxicación de la cuartilla post-fármacos

Tras tratamientos sistémicos como los corticosteroides o los AINE, la región de la cuartilla puede experimentar subproductos metabólicos persistentes o retención de líquidos. La crioterapia con CO₂ estimula el flujo linfático, mejorando la desintoxicación y restableciendo el equilibrio fisiológico. Esto es especialmente valioso en caballos que se recuperan de un uso prolongado de fármacos o de inyecciones en la extremidad distal. La terapia acelera la eliminación de compuestos residuales al tiempo que restablece la vigilancia inmunitaria a nivel del tejido local. Para los caballos en transición a regímenes de cuidados naturales u holísticos, la crioterapia proporciona un puente no farmacológico hacia la curación continuada. La desintoxicación mediante crioterapia también puede reducir la reaparición de brotes inflamatorios y mejorar la eficacia de futuras terapias regenerativas.

Cuando la crioterapia marca la diferencia

Caballos candidatos ideales para la crioterapia de cuartillas

Los caballos que muestran signos de molestias en la cuartilla, tensión en los tejidos blandos, derrame articular o anomalías en la marcha son excelentes candidatos para la crioterapia de CO₂. Los caballos de alto rendimiento sometidos a ciclos de entrenamiento intensos se benefician de sesiones regulares para mantener la resistencia de los tejidos y evitar daños acumulativos. Los caballos que se recuperan de lesiones, intervenciones posquirúrgicas o terapias de realineación estructural también responden bien a esta modalidad. Incluso los caballos más viejos con cambios artríticos en la cuartilla pueden experimentar una mejora de la movilidad y una reducción de la rigidez. El uso preventivo en ejemplares con problemas de conformación ayuda a prolongar la longevidad de su carrera. Mediante la identificación de indicadores clave y la aplicación temprana de la terapia, los cuidadores pueden mejorar significativamente la calidad de vida y el potencial de rendimiento de sus caballos.

Limitaciones que debe conocer

A pesar de su versatilidad, la crioterapia con CO₂ tiene limitaciones. No es adecuada para su uso sobre heridas abiertas, zonas de infección activa o en caballos con hipersensibilidad al frío. Una aplicación incorrecta puede provocar congelación o necrosis tisular. La terapia debe ser siempre guiada por un veterinario y realizada por profesionales cualificados. Además, la crioterapia por sí sola puede no ser suficiente para tratar roturas graves de ligamentos u osteoartritis avanzada. Funciona mejor cuando se integra en un plan multimodal de recuperación o mantenimiento. Comprender estos límites ayuda a evitar el uso indebido y garantiza unos resultados óptimos. Una evaluación minuciosa y una planificación individualizada siguen siendo cruciales a la hora de incorporar la crioterapia a una estrategia de tratamiento.

Preguntas que los propietarios de caballos deben hacerse antes de empezar

  • ¿Ha evaluado un veterinario el estado de la cuartilla y aprobado la crioterapia?
  • Cuál es la frecuencia y duración recomendadas de los tratamientos de CO₂?
  • ¿Existe alguna contraindicación, como riesgo de congelación o problemas circulatorios?
  • ¿Cómo se controlará la respuesta de los tejidos y su evolución a lo largo del tiempo?
  • ¿El profesional está formado en protocolos de crioterapia específicos para equinos?

Comentarios de expertos: Opiniones de veterinarios y formadores

Lo que dicen los profesionales sobre la integración criopasterior

Los veterinarios y entrenadores de rendimiento equino informan sistemáticamente de resultados favorables con la inclusión de la crioterapia con CO₂ en el cuidado de las cuartillas. Muchos observan tiempos de recuperación más rápidos, menos problemas de comportamiento relacionados con el dolor y una mayor eficiencia biomecánica en los caballos sometidos a crioterapia regular. Los expertos veterinarios citan sus beneficios antiinflamatorios, analgésicos y circulatorios como componentes valiosos en los planes de cuidados agudos y de mantenimiento. Los entrenadores observan un mayor compromiso, una mayor confianza en la zancada y una mayor facilidad para montar, especialmente en caballos sensibles. Los profesionales también aprecian la naturaleza no invasiva de la crioterapia, su compatibilidad con otras modalidades y su rentabilidad. A medida que más pruebas científicas respaldan su uso, la crioterapia de CO₂ sigue ganando terreno como estándar en la medicina deportiva equina moderna.

Datos: Índices de recuperación y cambios en los mapas de presión

Las mejoras cuantificables tras la aplicación de la crioterapia proporcionan pruebas convincentes de su eficacia. La termografía infrarroja muestra reducciones significativas de la temperatura de la superficie de la cuartilla tras 10-15 segundos de exposición al CO₂ a -78 °C, lo que indica una vasoconstricción profunda y una acción antiinflamatoria eficaz. Las tecnologías de mapeo de la presión han revelado notables mejoras en la marcha, sobre todo en caballos con carga asimétrica en las cuartillas. Los escáneres posteriores al tratamiento muestran a menudo una distribución más uniforme de la presión y una reducción del desequilibrio lateral. En un estudio observacional de 60 días en caballos de salto, los caballos que recibieron crioterapia de CO₂ regular mostraron una resolución 25% más rápida de la inflamación de la cuartilla frente a los que recibieron manguerazos de frío convencionales. Además, las puntuaciones subjetivas de cojera disminuyeron una media de 1,5 grados en los caballos que recibieron aplicaciones semanales de crioterapia. Estas mejoras cuantificables, unidas a una mejor reacción del jinete, refuerzan el papel de la crioterapia no sólo en la curación, sino también en la optimización de la biomecánica para mejorar el rendimiento deportivo.

Galope final

La crioterapia de CO₂ ofrece algo más que un escalofrío momentáneo: proporciona un potente cambio a nivel de los tejidos donde los caballos más lo necesitan. En la región dinámica y sometida a tensión de la cuartilla, esta terapia enfría la inflamación, relaja las fibras tensas y favorece una recuperación más rápida, todo ello sin sedación, fármacos ni procedimientos invasivos. Desde los caballos de competición que se recuperan de un esfuerzo hasta los equinos de edad avanzada que tratan la rigidez crónica, los beneficios son claros, constantes y están respaldados por pruebas. Integrar la crioterapia en un plan de cuidados completo significa perder menos días de entrenamiento, reducir la inflamación y aumentar la longevidad del rendimiento. Se trata de un enfoque orientado al futuro, basado en la fisiología y perfeccionado gracias a los conocimientos clínicos. A medida que los atletas equinos siguen superando los límites de sus capacidades, la crioterapia de CO₂ ayuda a garantizar que cada zancada sea fuerte, estable y sin dolor. Es hora de dar a la cuartilla el apoyo que se merece: frío, calculado y eficaz.

Preguntas frecuentes: Crioterapia para los metacarpos equinos

P1: ¿Hasta qué punto llega el frío de la crioterapia con CO₂?

La crioterapia de CO₂ proporciona temperaturas de hasta -78 °C, ideales para inducir la vasoconstricción y desencadenar la cascada de curación natural del organismo.

P2: ¿Cuánto dura cada sesión de tratamiento?

Cada aplicación suele durar entre 10 y 15 segundos por zona, lo que la hace eficaz y no invasiva.

P3: ¿Es seguro utilizarlo alrededor de tendones y articulaciones?

Sí. Cuando se aplica con los protocolos adecuados, la crioterapia de CO₂ es segura cerca de estructuras sensibles, como los tendones flexores digitales superficiales y las articulaciones de la cuartilla.

P4: ¿Con qué frecuencia deben aplicarse los tratamientos?

La frecuencia depende de la afección. Para el mantenimiento, lo habitual son 1-2 sesiones semanales. Las lesiones agudas pueden requerir tratamientos diarios durante la fase inicial.

P5: ¿Puede sustituir a otras terapias?

La crioterapia de CO₂ suele utilizarse mejor como parte de un enfoque multimodal. Complementa otros tratamientos como la fisioterapia, las inyecciones regenerativas y el herraje correctivo.

P6: ¿Existe alguna contraindicación?

Evitar su uso en heridas abiertas, infecciones activas o en caballos con hipersensibilidad al frío o compromiso circulatorio. Consulte siempre a un veterinario antes de iniciar el tratamiento.

Referencias

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