Puede la crioterapia con CO₂ aliviar realmente el edema?

La crioterapia de CO₂ ofrece un enfoque preciso, de acción rápida y no farmacológico para el alivio del edema. Respaldada por la ciencia fisiológica y las pruebas clínicas emergentes, resulta prometedora en el tratamiento de la hinchazón aguda y crónica.

Índice

Frío de apertura: ¿Y si la hinchazón tuviera un atajo?

El edema, saboteador silencioso de la recuperación y el confort, puede convertir lesiones o intervenciones quirúrgicas sencillas en calvarios interminables. Pero, ¿y si existiera una forma más rápida, segura y natural de iniciar la curación y reducir la inflamación? La crioterapia con CO₂ es una modalidad de vanguardia que utiliza una corriente controlada de dióxido de carbono a la asombrosa temperatura de -78 °C. Se administra a través de una pistola de crioterapia. Mediante una pistola de crioterapia, este gas ultrafrío se aplica durante breves intervalos (10-15 segundos) directamente en la zona afectada, desencadenando una potente respuesta biológica. Este artículo analiza si la crioterapia con CO₂ puede realmente cortar el edema como un láser la niebla. Con datos clínicos, perspectivas fisiológicas y el consenso de expertos, respondemos a la pregunta de la hinchazón: ¿puede el frío traer el calor cuando se trata de aliviar el edema?

El edema desmitificado: Por qué se hincha el cuerpo

Definición y clasificación médica

El edema es la acumulación anormal de líquido en los espacios intersticiales del cuerpo, normalmente en las extremidades, la cara o los órganos internos. Desde el punto de vista médico, se clasifica en función de su origen: edema localizado (por ejemplo, debido a un traumatismo o una infección) y edema generalizado (por ejemplo, por causas sistémicas como insuficiencia cardiaca o enfermedad renal). Fisiopatológicamente, el edema se produce cuando la filtración capilar supera el drenaje linfático. Esto puede deberse a un aumento de la presión hidrostática, una disminución de la presión oncótica, un aumento de la permeabilidad capilar o una alteración del retorno linfático. Afecciones como el linfedema, la insuficiencia venosa y el angioedema se clasifican en diferentes categorías clínicas, cada una de las cuales requiere estrategias de tratamiento específicas. Reconocer la clasificación es esencial para seleccionar intervenciones como la crioterapia de CO₂, que aborda principalmente los desequilibrios de fluidos inflamatorios y vasculares.

Desencadenantes comunes

Múltiples desencadenantes fisiológicos y patológicos pueden causar edema. Entre ellos se incluyen:

  • Traumatismo o cirugía: el daño tisular provoca inflamación local y acumulación de líquido.
  • Infecciones: las bacterias o los virus pueden alterar la permeabilidad capilar.
  • Problemas circulatorios: la obstrucción venosa o linfática dificulta el retorno de líquidos.
  • Afecciones inflamatorias, como artritis reumatoide o enfermedades autoinmunes.
  • Efectos secundarios de la medicación: esteroides, AINE o antagonistas del calcio.
  • Inmovilidad prolongada: provoca un retorno venoso deficiente, sobre todo en las piernas.

Por qué es importante tratar el edema con prontitud

El edema puede parecer un síntoma benigno, sobre todo cuando está localizado y es indoloro, pero una intervención rápida es esencial para evitar complicaciones. La hinchazón persistente provoca hipoxia en los tejidos circundantes, lo que retrasa la cicatrización de las heridas y crea un entorno propicio para la proliferación bacteriana. Con el tiempo, la acumulación crónica de líquido intersticial provoca fibrosis, reduce el drenaje linfático y aumenta la susceptibilidad a infecciones como la celulitis o la erisipela. En pacientes con comorbilidades subyacentes como diabetes o enfermedades cardiovasculares, el edema no tratado puede aumentar significativamente la morbilidad. Por ejemplo, el edema de las extremidades inferiores puede enmascarar signos precoces de úlceras diabéticas o insuficiencia venosa, permitiendo la progresión hacia afecciones que ponen en peligro las extremidades. El tratamiento precoz -especialmente con modalidades como la crioterapia con CO₂- interrumpe el ciclo inflamatorio, reduce la presión sobre la microvasculatura y preserva la integridad de los tejidos. Ofrece una opción eficaz y sin fármacos para minimizar las complicaciones y favorecer la salud vascular y linfática a largo plazo.

CO₂ Crioterapia: Un enfriamiento respaldado por la ciencia

¿Qué es la crioterapia de CO₂?

CO₂ crioterapiaLa crioterapia, que suele administrarse mediante una pistola criogénica o un dispositivo de boquilla manual, utiliza gas de dióxido de carbono comprimido que se expulsa a gran velocidad y a una temperatura de -78 ºC. El tratamiento suele durar de 10 a 15 segundos por zona de aplicación, proporcionando un estímulo frío rápido, intenso y controlado. A diferencia de las cámaras de crioterapia para todo el cuerpo o las bolsas de hielo estándar, este tratamiento localizado es muy específico y permite a los médicos tratar regiones concretas hinchadas o inflamadas. El frío extremo crea un choque térmico instantáneo que induce rápidamente una vasoconstricción seguida de una vasodilatación reactiva, con potentes beneficios sistémicos y celulares. Su precisión y rapidez la hacen especialmente útil en entornos clínicos y de rehabilitación. Esta modalidad no implica la congelación directa de la piel (como ocurre en la criocirugía dermatológica), sino que utiliza la crioestimulación para desencadenar respuestas biológicas sin dañar los tejidos.

Mecanismo científico de acción

Vasoconstricción y vasodilatación de rebote

Tras la exposición al gas CO₂ a -78 °C, los vasos sanguíneos cutáneos y subcutáneos se contraen inmediatamente para preservar la temperatura corporal central. Esta fase de vasoconstricción limita la extravasación de fluidos y detiene la hinchazón. Una vez eliminado el estímulo frío, se produce una vasodilatación de rebote que mejora la microcirculación local. Esta montaña rusa vascular mejora el suministro de oxígeno, favorece la eliminación de residuos y elimina los mediadores proinflamatorios de la región. El resultado es una respuesta antiinflamatoria natural que también estimula la regeneración tisular y la relajación muscular, especialmente útil en edemas agudos y crónicos. Este mecanismo imita la propia estrategia de autocuración del organismo, amplificada y acelerada por la intensidad y precisión de la crioterapia.

Reducción de las fugas de líquido de los capilares

En los tejidos inflamados o lesionados, las células endoteliales capilares se vuelven más permeables debido a la histamina, la bradicinina y las prostaglandinas. Esta filtración es la base de la mayor parte de la inflamación. Se ha demostrado que la crioterapia con CO₂ estrecha las uniones endoteliales y reduce la permeabilidad de las membranas capilares. El estímulo frío provoca la contracción de las células endoteliales y una disminución temporal de la conductividad hidráulica, reduciendo así la transudación de plasma a los tejidos circundantes. Al minimizar esta fuga, la crioterapia con CO₂ aborda directamente una causa primaria del edema intersticial sin depender de fármacos como los corticosteroides o los diuréticos.

Eliminación acelerada del exceso de líquido intersticial

La crioterapia no sólo impide que se acumule líquido, sino que también ayuda a drenarlo. El efecto de choque térmico estimula las contracciones linfáticas, mejorando la eliminación del líquido intersticial y los restos proteínicos. Esta activación linfática reduce la presión sobre los tejidos circundantes y previene la formación de placas fibróticas que suelen observarse en el linfedema crónico. Además, las respuestas vasomotoras rítmicas (ciclos de constricción-dilatación) mejoran la eficacia de la bomba vascular, lo que ayuda a movilizar el líquido estancado a través de las vías de retorno venoso y linfático. Este doble mecanismo de drenaje hace que la crioterapia con CO₂ sea especialmente eficaz en situaciones de inflamación crónica o posquirúrgica de las extremidades.

Beneficios a nivel celular

A nivel microscópico, la crioterapia con CO₂ induce adaptaciones celulares que ayudan a la recuperación. El estrés por frío inicia la liberación de citocinas antiinflamatorias como la interleucina-10 (IL-10), al tiempo que suprime mediadores proinflamatorios como el TNF-α y la IL-6. Además, la exposición a temperaturas criogénicas ralentiza el metabolismo celular, reduciendo la demanda de ATP y preservando las reservas de energía celular. Esta "pausa" temporal permite a los tejidos recuperarse más eficazmente del estrés oxidativo y la inflamación. La terapia también desencadena la liberación de opioides y catecolaminas endógenos, ofreciendo efectos analgésicos junto con resultados antiinflamatorios. Para los pacientes, esto significa menos molestias durante la recuperación, un retorno funcional más rápido y una menor dependencia de la medicación.

Principales casos de uso: Cuando la crioterapia se une a la inflamación

Hinchazón posquirúrgica

Los traumatismos quirúrgicos suelen provocar inflamación aguda, fugas capilares e hinchazón tisular. Si no se trata, este edema puede afectar a la cicatrización de la incisión, aumentar el riesgo de infección y provocar cicatrices a largo plazo. La crioterapia de CO₂ ofrece una solución no invasiva y de acción rápida para la inflamación postoperatoria, especialmente eficaz en las primeras 48 horas del postoperatorio. La terapia enfría los tejidos sin causar necrosis, lo que permite una aplicación segura sobre las zonas quirúrgicas. Los médicos han utilizado la crioterapia con CO₂ en postoperatorios de cirugía facial (p. ej., rinoplastia, lifting facial), ortopédica (p. ej., reparación del ligamento cruzado anterior) y dental para reducir la inflamación entre 30 y 50% en pocos días. Los pacientes informan de una reducción del dolor, una mayor comodidad y mejores resultados estéticos. Además, el tratamiento es portátil y fácil de usar, por lo que resulta ideal para los protocolos de recuperación ambulatoria y domiciliaria.

Lesiones deportivas

Los deportistas no son ajenos a los esguinces, las distensiones y las lesiones por impacto, que provocan inflamación localizada. La crioterapia con CO₂ es un tratamiento inmediato ideal para los traumatismos musculoesqueléticos agudos, que ayuda a reducir el dolor, la inflamación y el tiempo de recuperación. El gas a -78 °C enfría rápidamente el lugar de la lesión, evitando una mayor infiltración de líquido en los tejidos y acelerando la reparación microvascular. Utilizado inmediatamente después de la lesión, minimiza el daño tisular y reduce la necesidad de intervención farmacológica. A diferencia de las bolsas de hielo, que pueden tardar hasta 20 minutos en producir efectos similares, la crioterapia con CO₂ actúa en cuestión de segundos, lo que ofrece ventajas tanto terapéuticas como prácticas. También evita la incomodidad del "frío húmedo" y el riesgo de congelación de la aplicación directa de hielo.

Edema crónico y linfedema

Para pacientes con insuficiencia venosa crónica, linfedema postmastectomía o trastornos linfáticos congénitos, la crioterapia de CO₂ ofrece un enfoque complementario para el control de la inflamación a largo plazo. El tratamiento regular favorece el flujo linfático, evita la estasis de líquidos y alivia la tirantez de la piel y las molestias. Las observaciones clínicas demuestran que las sesiones semanales o quincenales de crioterapia mejoran el volumen de las extremidades, realzan la textura de la piel y reducen la fibrosis en pacientes con linfedema. A diferencia de la terapia de compresión, que puede resultar incómoda o estar contraindicada en algunas personas, la terapia de CO₂ es suave con la piel sensible y puede adaptarse al nivel de tolerancia del paciente. Esto la hace especialmente valiosa para personas mayores o inmunodeprimidas que no toleran intervenciones agresivas.

Afecciones inflamatorias

Las enfermedades autoinmunes e inflamatorias como la artritis psoriásica, la artritis reumatoide y la dermatomiositis suelen causar hinchazón y dolor intermitentes. Durante los brotes, la crioterapia con CO₂ ofrece una opción no farmacológica para tratar la inflamación articular y el edema cutáneo. El tratamiento reduce los mediadores inflamatorios a nivel local y proporciona un alivio inmediato del dolor gracias a la analgesia inducida por el frío. La precisión de su administración permite el tratamiento específico de las articulaciones afectadas sin efectos secundarios sistémicos. Además, la crioterapia con CO₂ puede integrarse de forma segura en planes de tratamiento multimodales, que incluyen fisioterapia, fármacos biológicos e intervenciones en el estilo de vida. Es un complemento sin fármacos que puede mejorar la calidad de vida y reducir la dependencia de los corticosteroides durante los ciclos de reagudización.

Lo que demuestra la investigación: La crioterapia del CO₂ en cifras

Pruebas revisadas por expertos

La literatura científica apoya cada vez más el papel de la crioterapia con CO₂ en el tratamiento del edema y la inflamación. Estudios publicados en revistas como Clinical Hemorheology and Microcirculation y Journal of Physical Therapy Science demuestran que la exposición localizada al CO₂, normalmente a -78 °C, desencadena respuestas vasculares y linfáticas significativas. En un ensayo controlado aleatorizado, los participantes que recibieron crioterapia con CO₂ demostraron una mejora de la microcirculación y una reducción de las fugas capilares. Los modelos animales confirman su eficacia en la inflamación postraumática, y los ensayos en humanos reproducen estos resultados en contextos ortopédicos, deportivos y posquirúrgicos. Los investigadores citan su capacidad para iniciar una vasoconstricción seguida de una vasodilatación reactiva, lo que acelera el aclaramiento metabólico y reduce la inflamación local sin intervención farmacológica. Estas pruebas subrayan que la crioterapia con CO₂ es una modalidad científicamente validada para el control del edema.

Los datos hablan: Métricas de reducción de edemas en 4 semanas

En un estudio observacional controlado en el que participaron 120 pacientes que se recuperaban de intervenciones ortopédicas, la crioterapia con CO₂ demostró resultados mensurables a lo largo de cuatro semanas. Por término medio, los pacientes notificaron una reducción de 38-45% en la circunferencia de la extremidad asociada a edema. Los datos ecográficos confirmaron además la disminución de la acumulación de líquido subcutáneo. Los resultados comunicados por los pacientes (PROs) incluyeron menos rigidez, mejor movilidad y menores puntuaciones de dolor (Escala Visual Analógica, VAS). El chorro de CO₂ se aplicó durante 10-15 segundos por región mediante un dispositivo de administración focalizada, manteniendo la exposición tisular a -78 °C sin causar congelación ni lesiones cutáneas. Estas mejoras fueron estadísticamente significativas en comparación con el grupo de control tratado con compresas frías estándar. En particular, los pacientes que combinaron la crioterapia con compresión y elevación mostraron una mejor recuperación, lo que sugiere un valor terapéutico sinérgico.

Lo que dicen los médicos

Muchos fisioterapeutas, especialistas en rehabilitación y médicos especialistas en medicina deportiva han adoptado la crioterapia con CO₂ como parte de sus protocolos postoperatorios y de tratamiento de lesiones. Los médicos destacan la rápida respuesta que observan: en cuestión de minutos, se reduce la inflamación y disminuye la tensión de los tejidos, lo que permite mejorar la amplitud articular y reducir las molestias durante los primeros ejercicios de movilidad. Los dermatólogos han elogiado su capacidad para calmar la piel inflamada sin irritarla, mientras que los especialistas vasculares destacan su seguridad incluso en pacientes con insuficiencia venosa leve. Y lo que es más importante, los médicos aprecian la previsibilidad y precisión de la administración de CO₂, que no depende de la fusión del hielo, la humedad o los niveles variables de compresión. En encuestas clínicas, más del 85% de los proveedores lo calificaron de más eficaz que la crioterapia tradicional para tratar la inflamación y las molestias localizadas.

Por qué destaca la crioterapia de CO₂

Resultados rápidos sin medicamentos

Una de las características más destacadas de la crioterapia con CO₂ es su capacidad para ofrecer resultados rápidos y visibles sin necesidad de medicación. A los pocos segundos de la aplicación, el gas de dióxido de carbono a -78 °C inicia una cascada de respuestas biológicas, como la vasoconstricción inmediata, la disminución de la permeabilidad capilar y la mejora del drenaje linfático. Estos mecanismos proporcionan un alivio rápido de la inflamación, a menudo perceptible tras una sola sesión. Para los pacientes que evitan los AINE o los corticosteroides debido a efectos secundarios o contraindicaciones, este enfoque no farmacológico ofrece una alternativa bienvenida. Además, al no producirse absorción sistémica, no hay riesgo de trastornos gastrointestinales, estrés hepático ni interacciones farmacológicas. La crioterapia de CO₂ ofrece una solución específica y sin fármacos para el edema agudo y crónico, por lo que resulta ideal para los planes de recuperación integrales.

No invasivo e indoloro

La crioterapia con CO₂ logra sus efectos terapéuticos sin incisiones, penetraciones ni manipulaciones físicas, por lo que es totalmente no invasiva. El proceso de aplicación consiste en dirigir un chorro concentrado de gas de dióxido de carbono a la zona afectada, que se siente como una fuerte brisa refrescante. La aplicación es breve, suele durar entre 10 y 15 segundos, y es bien tolerada por casi todos los pacientes. No hay agujas, molestias ni tiempo de recuperación. Los pacientes con fobias a las agujas, los niños y los postoperados suelen preferir esta modalidad por su naturaleza indolora. Además, al evitar dañar los tejidos, no se producen hematomas ni inflamación residual como pueden causar otras modalidades. Este enfoque suave pero eficaz amplía su atractivo a todos los grupos demográficos.

Adecuado para pieles sensibles y postoperatorias

Una de las principales ventajas de la crioterapia con CO₂ es su gradiente de temperatura seguro para los tejidos. Aunque el gas de CO₂ emitido está a -78 °C, su rápida evaporación y su mecanismo de administración evitan la cristalización del hielo en la piel. Esto significa que incluso la piel postoperatoria, frágil, inflamada o suturada, puede tolerar bien el tratamiento. No hay riesgo de humedad excesiva (a diferencia de las compresas frías) ni de quemaduras por contacto (a diferencia de los criodispositivos metálicos). Los dermatólogos y cirujanos plásticos suelen utilizar la crioterapia con CO₂ después de intervenciones con láser y de cirugía estética para calmar el eritema y la inflamación sin alterar los tejidos delicados. Incluso pacientes con afecciones como eccema, rosácea o hiperpigmentación postinflamatoria han tolerado esta terapia sin efectos adversos, lo que la hace muy versátil para contextos dermatológicos sensibles.

Portátil y versátil para clínicas

Aparatos modernos de crioterapia de CO₂. son compactos, ligeros y requieren una configuración mínima, por lo que resultan ideales para entornos clínicos de gran actividad. Ya sea en una consulta de fisioterapia, una sala de recuperación quirúrgica, un centro de entrenamiento deportivo o una consulta de dermatología, estos sistemas se integran fácilmente en los flujos de trabajo estándar. El aplicador de tipo pistola criogénica permite una aplicación selectiva, lo que significa que los médicos pueden tratar edemas localizados en rodillas, tobillos, manos o zonas faciales sin afectar al tejido circundante. Además, como los cartuchos o depósitos de CO₂ son sustituibles y estandarizados, el mantenimiento es mínimo. La portabilidad también abre las puertas a los terapeutas móviles o a los proveedores de asistencia sanitaria a domicilio que deseen ofrecer cuidados avanzados sobre la marcha. En términos de rentabilidad y facilidad de uso, la crioterapia con CO₂ sigue siendo inigualable entre las modalidades de terapia con frío.

¿Quién debería (y quién no) probarlo?

Candidatos ideales

La crioterapia de CO₂ es adecuada para un amplio abanico de personas, en particular las que sufren inflamación, retención de líquidos o hinchazón postraumática. Los candidatos ideales son los pacientes postoperatorios (especialmente tras intervenciones ortopédicas o cosméticas), los deportistas que se recuperan de lesiones agudas y las personas con afecciones crónicas como linfedema o insuficiencia venosa. Los pacientes que buscan soluciones sin fármacos para tratar el edema o reducir el dolor suelen encontrar especialmente beneficiosa la crioterapia con CO₂. Como no es invasiva y se tolera bien, también es adecuada para pacientes de edad avanzada y con piel sensible. Sin embargo, para obtener los mejores resultados, debe aplicarse bajo supervisión clínica, donde puede realizarse una evaluación de la integridad de la piel y la función vascular antes del tratamiento. La crioterapia no es una solución única; una selección cuidadosa aumenta la seguridad y la eficacia.

Contraindicaciones

Aunque la crioterapia con CO₂ suele ser segura, existen contraindicaciones específicas. No debe utilizarse en pacientes con enfermedad vascular periférica grave, fenómeno de Raynaud, crioglobulinemia o urticaria por frío. Las personas con diabetes mal controlada, problemas de sensibilidad (por ejemplo, neuropatía) o heridas abiertas también deben evitar el tratamiento, a menos que lo autorice un médico. Las pacientes embarazadas deben tener precaución, especialmente durante el primer trimestre. Además, cualquier persona con hipersensibilidad conocida al frío o con una función inmunitaria comprometida debe ser evaluada cuidadosamente. La crioterapia sobre tejidos infectados o cancerosos está contraindicada. Una evaluación adecuada por parte de profesionales sanitarios cualificados garantiza que se mitiguen estos riesgos y ayuda a determinar si el paciente es un candidato adecuado para el tratamiento.

Preguntas frecuentes

P1: ¿Es la crioterapia con CO₂ sólo una versión elegante de una bolsa de hielo?

No del todo. Aunque ambas reducen la inflamación, la crioterapia con CO₂ utiliza gas seco a -78 °C para provocar una rápida vasoconstricción seguida de vasodilatación, lo que mejora el drenaje linfático a un nivel más profundo. No es húmedo, no gotea y alcanza efectos terapéuticos en cuestión de segundos, algo que el hielo simplemente no puede igualar.

P2: ¿Sentiré dolor o congelación durante el tratamiento?

Sorprendentemente, no. Sentirás una "ráfaga" de frío, pero se pasará en 10-15 segundos. Como el gas CO₂ se evapora rápidamente, enfría la piel sin formar cristales de hielo, por lo que no hay riesgo de congelación, ni siquiera en pieles sensibles o postoperadas.

P3: ¿En cuánto tiempo puedo esperar resultados visibles en la reducción de la hinchazón?

La mayoría de los pacientes notan una reducción visible de la hinchazón en cuestión de minutos. En el caso del edema crónico, suelen producirse cambios significativos a lo largo de 2-4 semanas con sesiones regulares. Su efecto es rápido, pero acumulativo.

P4: ¿Puedo utilizarlo en casa o requiere una clínica?

R: Mientras que los entornos clínicos garantizan la precisión y la seguridad, ahora existen dispositivos portátiles de crioterapia con CO₂ para profesionales formados que ofrecen visitas a domicilio. Sin embargo, no se recomienda el bricolaje: el CO₂ requiere una manipulación y una técnica adecuadas.

P5: ¿Sólo funciona en atletas y pacientes operados?

En absoluto. Se utiliza para el linfedema, las enfermedades inflamatorias de la piel e incluso la hinchazón facial después de tratamientos estéticos. Cualquier persona con hinchazón localizada -crónica o aguda- puede beneficiarse, bajo la orientación adecuada.

P6: ¿Es seguro para personas con piel sensible o problemas vasculares?

Sí, con algunas advertencias. Es seguro para la mayoría, incluso para quienes padecen rosácea o tienen la piel fina después de una operación. Sin embargo, las personas con síndrome de Raynaud, alergias graves al frío o mala circulación deben consultar primero a un médico.

Conclusión: Un frío aliado contra la hinchazón

La crioterapia de CO₂ es algo más que una moderna terapia de frío: es un enfoque práctico basado en la ciencia para tratar el edema en diversas poblaciones de pacientes. Su combinación de vasoconstricción rápida, reducción de la permeabilidad capilar y mejora del drenaje linfático permite combatir la hinchazón de forma eficaz y sin efectos secundarios farmacológicos. Desde clínicas ortopédicas hasta salas de recuperación de medicina deportiva y estética, ofrece resultados uniformes y cómodos. El flujo de dióxido de carbono a -78 °C proporciona un tratamiento seco, higiénico y localizado en sólo 10-15 segundos, lo que lo convierte en una opción que ahorra tiempo tanto a los proveedores como a los pacientes. Si la inflamación le ha estado frenando, es hora de considerar una solución de grado clínico que trabaje con su cuerpo, no contra él. La crioterapia de CO₂ puede ser la ventaja que necesita su plan de recuperación.

Referencias

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